PAUL KLEE, HANS HARTUNG y MARK TOBEY. Pintores, músicos y filósofos.
Tres poetas de la línea y del color,
buscadores de los universos del grafismo,
la caligrafía y la experimentación.
Reflexiones acerca de la música,
acuarelas, partituras
y polifonías .
investigadores del lenguaje pictórico
con humildes materiales.
Ellos fueron trascendentes en su obra plástica, aunque vivieron al margen de las movidas artísticas. Exquisitos, refinados, austeros y silenciosos, pianistas, violinistas, compositores, los viajes a Oriente, en busca de nuevas constelaciones abstractas.
Hans Hartung, alemán, culto y refinado, después de estudiar arte y filosofía en Dresde, se trasladó a pintar a la costa Azul, experimentando con la abstracción gestual, con pinceladas rápidas y trazos musicales. Huyendo del régimen nazi se alistó en la legión extranjera y en la batalla de Belfort, en el Norte de África, perdió una pierna. Siguió pintando e investigando metódicamente, pasó varios años en Menorca, volvió a Antibes, produciendo en su estudio una obra al margen de las modas y los gustos del público. Lienzos y cartones manchados con tintas negras, grafiando ritmos gestuales con la espátula y el cepillo, movimientos musicales con gruesas brochas empastadas de pintura acrílica.


Los tres fueron poetas de lo pequeño y de lo humilde, a la búsqueda de nuevas cosmogonías, refinados y alquimistas de la línea y del color, deudores de otros pintores de su tiempo, como Kandinsky, Matisse y Delaunay.
F. Cienfuegos